Es curioso que en la misma palabra: PREOCUPARSE, podamos encontrar su polo opuesto, OCUPARSE.
Esta pregunta que aparece en el título es una cuestión que no todo el mundo se plantea en la vida.
La respuesta más automática que estamos acostumbrados a hacer es la de preocuparnos.
¿Pero cual es el beneficio de ello?
Pues aparentemente ninguno.
En la vida delante de los retos o de las situaciones problemáticas, podemos realizar estas dos acciones: preocuparse o ocuparse.
¿Cuando podemos saber que hacer en cada una de estas?
Existe una llamada "área de preocupación" y una "área de ocupación".
La gracia recae en saber en que momento debemos proceder con una y no con otra.
Por ejemplo si tienes que estudiar un examen o aprobar unas oposiciones, si te quedas en el "área de preocupación", es muy probable que no apruebes.
No sirve de nada perder ni un minuto quejándote por la dificultad de la tarea, si vas a tener que realizarla igualmente. Es mejor que aproveches este minuto para pasar a la acción (ocuparte).
O por ejemplo, en los casos de enfermedades graves o crónicas, es normal que estés preocupado/ a. Además aquí el área de ocupación es reducida. En estos casos aparentemente la única opción es preocuparse, pero aún así tal decisión tampoco te beneficia mucho.
Así que se consciente de ello y pasa a la acción aunque tu paso sea muy pequeño.
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