Para mi aniversario (he cumplido 24 años), he ido a comer con mi pareja al restaurante Potala de Barcelona.
Este restaurante tibetano se encuentra en la calle Arago nº397 de Barcelona. Siempre había cruzado con el coche por delante de este restaurante con ganas de poder entrar en él.
Ha sido una auténtica sorpresa (de parte de Ana, que ha sabido cuidar de todos los detalles). En el interior toda la decoración estaba de lo más en sintonía con el país. Un pueblo que sigue sufriendo la opresión del dominio del gigante chino.
El olor intenso, los cuadros y fotografías de las distintas panorámicas (montañas y pueblos tradicionales) y algunos otros elementos.
Hemos disfrutado mucho de la comida tomando platos como:
- Shoko Khatsa (patatas con cebollas y especies).
- Tsel Momo (empanadillas de verdura al vapor).
- Tsel Curry (verduras con curry de cebollas y pan tibetano).
- Fideos con especies y verduras.
Todo exquisito (con un aire/ parecido a una mezcla entre hindú y oriental).
Pero la mayor sorpresa a sido al pedir los postres. En el pastel de queso de mi pareja ha aparecido una vela y los del propio restaurante me han hecho un regalo.
En el interior de una bolsita había un amuleto tibetano. Además me han puesto un pañuelo blanco al cuello como signo de celebración.
Se han portado muy bien y me he sentido de lo más acogido.
Un lugar de lo más recomendable.
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