El pasado domingo pasé una tarde muy intensa con Ana. Bajamos a Barcelona con la mera intención de ir al Museo de Cera de Barcelona, aunque luego enlazamos con una sesión de cine, viendo el Hobbit (la segunda parte).
El Museo de Cera de Barcelona se encuentra en el Passatge de la Banca, 7.
Sólo al acceder, unas luces de colores y una música propia de una banda sonora de película te da la bienvenida. Subimos por las escalinatas del viejo edificio que antes era la Sede de la Banca de Barcelona (un edificio neoclásico que ya por si mismo, vale la pena de visitar).
En el primer piso pudimos contemplar: políticos de la talla de Lenin, personajes clave en la historia como el Che Guevara o grandes figuras bondadosas como la Madre Teresa de Calcuta o Diana de Gales.
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En total hay más de 200 figuras de cera que datan de todo tipo de épocas, ambientes y contextos.
Para mi los más sorprendentes fueron los decorados de los aventureros (bajo del mar), y la época del gangsterismo (una recreación de un atraco a un banco).
Hay un momento en el que si estás sólo o con poca gente puedes notar la escalofriante sensación de sentirte observado. Todas esas figuras mirándote, con una apariencia cercana a la vida.
Tras cruzar pasadizos y escaleras llegas a distintas salas, cada una de ellas con una sorpresa y temática diferente (Aviso: en algunos lugares hay pequeños sustos).
En definitiva un museo que vale la pena, aunque su recorrido para mi gusto es corto (puedes verlo todo en unos 30-45 minutos).
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