Hay una técnica con la que llevo tiempo practicando y que me encanta porque es una gran fuente de ánimos y de motivación para mi.
Consiste en ponerte delante del espejo cada mañana y hablarte.
Sí, puede sonar extraño esto de hablar sólo delante del espejo.
Pero durante nuestro día a día son muchas las conversaciones que uno mantiene consigo mismo. La diferencia recae en que estas suelen ser inconscientes como por ejemplo:
- " Que mal lo he hecho"
- "Vuelvo a llegar tarde, soy un desastre".
- "Que miedo, y si me ocurriese a mi".
Y puede que muchas de estas frases que nos decimos sean negativas.
Cuando nos hablamos a nosotros mismo delante del espejo, en primer lugar, somos conscientes de que lo estamos haciendo y controlamos el contenido de nuestras premisas.
Y en segundo lugar podemos hacer que este contenido sea totalmente positivo.
De esta manera cada mañana puedes reforzar tu autoestima, tu autoeficacia y tu autoconcepto con frases como:
- "Me encanta el color de mis ojos".
- "Soy una persona constante y capacitada para cumplir con lo que me propongo".
- "Estoy motivado/ a y lleno/ a de energía".
Si repetimos este ejercicio durante unas semanas instauraremos un hábito que será de gran ayuda en todos los ámbitos de la vida.
Os dejo un ejemplo:
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