Todo surgió de improvisto. Estos son los planes que más me gustan. Abrir los ojos estar en un lugar, cerrarlos y volver a abrirlos y descubrir como tu escenario se ha transformado.
Así es como pasamos en pocos segundos de estar cenando en casa, a estar en un escenario con un micro entre las manos.
Bajamos mi pareja y yo al puerto de mi pueblo, y al lado del Salero entramos en el local. Un espacio con luces brillantes, música de lo más variada y al fondo un escenario con un par de micrófonos esperándonos.
Después de pedir las bebidas nos dirigimos hacia allí.
Ella cantó mucho más que yo mostrando sus dotes musicales. En mi caso preferí unirme a su ritmo.
Cantamos canciones de estilos muy diferentes, e incluso hubo espacio para canciones de Disney, como fue el caso del Rey Leon.
¡Un buen plan para gozar de una noche de fin de semana!
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