Muchas veces actuamos sin saber por qué. Reaccionamos impulsivamente, violentamente o sumisamente... Nuestras emociones nos controlan a nosotros. Es como si estuvieramos reviviendo algo del pasado.
Los esquemas tempranos mal adaptativos (EMT) o trampas vitales pueden ser las causas.
Nuestro primer modelo a seguir es nuestra familia. De ella aprendemos y forjamos principalmente nuestra personalidad (ya sea de forma más o menos adecuada). Somos quienes somos por los referentes que hemos tenido en nuestro entorno más próximo. A partir de aquí reproducimos muchas conductas, pensamientos y creencias con las demás personas con las que interactuamos habitualmente.
Los orígenes del esquema pueden ser de cuatro tipos de experiencias:
1) Recibir muy poco de algo bueno, Ejemplo: (Un niño(a) que saca altas calificaciones y sus padres no lo felicitan o alientan a que siga así),
2) Traumatización; Ejemplo (el niño(a) es criticado, controlado o victimizado)
3) Recibir demasiado de algo bueno; Ejemplo (mamá no le enseña a colaborar en la limpieza de casa o hace sus tareas del colegio) y
4) Identificación con otros significativos; Ejemplo (el niño(a) que interviene en discusiones de sus padres, sufre al ver llorar a su mamá).
Hay varios esquemas o trampas vitales, y puede ser de tipo: "condicionales" que son los que aparecen más pronto (desde más pequeños de edad) y los "incondicionales" que se crean como consecuencia de los condicionales y/o a la edad adulta.
Entre los esquemas condicionales existen 13 trampas vitales:
1) Abandono-inestabilidad: creencia que nadie te quiere y estarás solo siempre.
2) Desconfianza - abuso: estar a la expectativa de que te van a hacer daño.
3) Privación emocional: creer que tus necesidades nunca serán satisfechas.
4) Imperfección: sientes que eres internamente defectuoso.
5) Aislamiento social: creencia de sentirse diferente a los demás.
6) Dependencia: sentirse incapaz de enfrentarse a la vida si no recibe apoyo.
7) Vulnerabilidad: vivir con el temor a que va a ocurrir algo malo.
8) Indiscriminación: sentirse no aceptado por los demás.
9) Fracaso: sentirse poco productivo en actividades simples y complejas.
10) Negativismo: vivir de forma quejosa.
11) Castigabilidad: sentirse en la capacidad de juzgar y culpar a los demás.
12) Grandiosidad: personas que sienten que todos deben satisfacer sus necesidades.
13) Insuficiente autocontrol: no saber auto disciplinarse o auto controlarse.
Por lo que respecta a los esquemas incondicionales tenemos 5 trampas vitales:
1) Sometimiento: reprimir sus deseos por contemplar los deseos de otros.
2) Auto-sacrificio: velar por la vida de los demás dejando en último lugar tu propia vida.
3) Búsqueda de reconocimiento: adaptarte al modo de vida de otros para sentirte aceptado.
4) Inhibición emocional: personas que buscan ser lo más racional posible sin involucrar emoción alguna.
5) Normas inalcanzables: establecerse metas u objetivos difíciles de cumplir o llegar a satisfacer.
Para cada esquema o trampa vital desarrollamos formas de reaccionar (estilos de afrontamiento):
1) Rendirse; uno acepta la experiencia y asume una posición pasiva ante el esquema.
2) Evitar; uno trata de desconectarse del malestar emocional.
3) Sobrecompensar o contraataque; uno lucha contra el esquema y trata de demostrarse que el esquema no es cierto.
Los modos son las emociones y las reacciones que mostramos frente al malestar.
Pueden ser de 8 tipos:
1) El niño vulnerable; es el que nos hace sentir frágiles, abandonados, débiles sin saber qué hacer, cómo manejar la situación.
2) El niño enfadado; es el que reacciona con cólera porque no ha logrado satisfacer sus necesidades.
3) El niño impulsivo; es el que transmite emociones y conductas de forma arrebatada sin medir las consecuencias para él o los demás.
4) El que se rinde; es el niño pasivo, que deja que los demás lo controlen.
5) El protector separado; el que evita el dolor emocional del esquema y realiza alguna actividad para no pensar o sentirlo.
6) El sobrecompensador; que es el niño que lucha para demostrar que el esquema no lo domina o no existe.
7) El padre castigador; es el que siente que los demás o él mismo merecen un castigo o ser juzgado.
8) El padre exigente; persiste, presiona e insiste a que se cumpla sus necesidades, en ser perfecto.
Todo el mundo tiene parte de estos esquemas en su interior. Estos pueden frenar nuestro desarrollo como adultos sanos. Es vital poder identificarlos y saberlos gestionar para que podamos efectuar un cambio saludable.
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