Las personas estamos programadas para evitar y aliviar el sufrimiento tanto físico como mental. En el nivel fisiológico por ejemplo disponemos del acto reflejo que provoca la reacción de alejar cualquier parte de nuestro organismo de forma inmediata, sólo al entrar éstas en contacto con una fuente de calor, como podría ser una llama.
Por lo que respecta al mental o también denominado psicológico, éste suele en la gran mayoría de los casos ser tan influyente que puede llegar a afligir a nuestro propio sentir corporal (sería lo que se conoce por el nombre de trastornos psicosomáticos).
¿Cómo nos protege nuestra mente no consciente?
Básicamente se intenta mantener la normalidad de todo el sistema reduciendo las consecuencias de sucesos estresantes o tensionales. Se trata de que podamos continuar adelante con nuestra actividad corriente con el mínimo de afectaciones posibles, y así vencer, evitar, circundar, escapar o ignorar las frustraciones y amenazas.
¿Cuáles son los mecanismos de defensa más corrientes?
· Sublimación: se canaliza el impulso hacia un fin mucho más aceptable socialmente como podría ser dedicarse al arte o a la investigación.
· Disociación: olvidar eventos o pensamientos que pueden seguir siendo dolorosos si se recuerdan, por ejemplo: fechas o cumpleaños de antiguas parejas sentimentales...
· Proyección: los sentimientos o ideas dolorosas son proyectadas hacia otras personas o cosas cercanas de forma que el individuo las siente como ajenas y que no le pertenecen a él.
· Introyección: incorporar subjetivamente rasgos que son características de otro, por ejemplo: si otra persona tiene antipatía por una tercera, la persona podría sentir también por imitación antipatía por esta tercera.
· Negación: tratar factores obvios de la realidad como si no existieran, por ejemplo: fumar aún sabiendo que produce cáncer y negando su ocurrencia futura en su persona.
· Regresión: retorno a un funcionamiento más infántil o de una etapa anterior, por ejemplo: un adulto que prefiere irse a dormir o a jugar, evadiéndose así de los problemas reales que tiene que afrontar en el momento inmediato.
· Formación reactiva: para prevenir que un sentimiento doloroso o controvertido emerja, se sustituye este inmediatamente por uno agradable, por ejemplo: una persona que no puede reconocerse a sí mismo que otra le produce antipatía, siempre le mostrará señales de amabilidad y nunca de hostilidad.
· Aislamiento: es la separación de los recuerdos de los sentimientos (ya sean tanto de afecto como de odio), por ejemplo: la muerte de un familiar y como la persona lo narra totalmente con una falta extrema de emociones.
· Desplazamiento: un sentimiento conectado a una persona o hecho en particular es separado y además se une a otra persona o hecho, por ejemplo: la persona que al no poder desahogarse en el trabajo, lo hace con su familia al llegar a casa.
· Racionalización: es la sustitución de una razón inaceptable pero real, por otra aceptable, por ejemplo: a un estudiante no le apetece estudiar para un examen, así que acepta la razón de que uno debe estar relajado al hacer los examenes y así justifica que se vaya al cine.
Cuando todas nuestras defensas fallan y superan a la persona son comunes las respuestas de: estrés, neuroticismo con ansiedad y depresión, las difunciones biológicas de apetito, sueño o fisiológicas (enfermedades psicosomáticas), conductas desadaptativas (trastornos delirantes)...
La represión es el principal mecanismo de defensa inconsciente.
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