Parece como de ciencia ficción lo que os voy a contar, pero no es más que la realidad tal puramente.
Salía de mi última clase del semestre. Sí, aún era 2010, y cada vez estabamos más próximos a la entrada del 2011, cuando me di cuenta de que no paraba de llover y no llevaba paraguas. El edificio totalmente vacío, el campus fantasmagórico, así que me puse la capucha de mi sudadera y me marché a paso rápido. De repente en medio de la nada, oigo una pequeña voz que me llama. No le presto casi atención hasta que una figura se dispone enfrente de mi. Es una chica joven-adulta que me proponé hacer un experimento.
Esto de los experimentos es algo muy común aquí en la Facultad de Psicología, pero lo sorprendente es la temática del experimento: realidad virtual.
Fantástico, no hacía menos de dos semanas que había oído que la realidad virtual sería el futuro de las tecnologías modernas y allí tenía mi oportunidad de descubrir este nuevo mundo.
Me desplacé hacia unas instalaciones especiales del propio campus y es allí donde me lo explicaron todo. Por lo visto el experimento trataba de como el cuerpo puede percibir más o menos real aquello que vivencía en los mundos artifíciales a través de la realidad virtual.
Para ello me dan un casco y me sitúan unos sensores de seguimiento que irán colocados en mi mano derecha. La realidad virtual podría explicarse como un paso más allá de los videojuegos a los que ahora estamos acostumbrados.
El programa de ordenador me presentaba una habitación muy bien pixelada con unas estanterías con libros, un poster con la foto de Leonardo Da Vinci, y un espejo a través del cual podía percibir mi cuerpo virtual.
Una vez dentro del programa mi misión era intentar mover el brazo derecho, observar éste, mi cuerpo y el entorno donde me hayaba.
En definitiva una experiencia totalmente alucinante. Los pros son que gracias a la realidad virtual podremos percibir un mundo ficticio mucho más realista y a más a más que podremos tratar fobías y otras problemáticas psicológicas que con métodos reales son demasiado agresivos para el paciente. Los contras: que los aparatos en el mercado de máxima calidad son muy caros, además que sus haces de luz cansan la vista y por esto no son recomendables usarlos más de 20 minutos seguidos.
Sin duda el futuro estará en la máxima experiencia de la realidad virtual.
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