Mi família, al igual que yo somos muy dados a viajar, ya sea haciendo turismo nacional (hace escasos meses estuvimos en Toledo) como por el exterior.
Puedes visitar las ciudades principales de los paises, capitales o zonas de resort, pero cuando se aprende más de una nación es cuando viajas por sus distintas rutas.
En este caso me refiero a Francia, un país que está junto al nuestro y que muchísimos conocéis a fondo pero Francia es mucho más que Paris o la parte del norte con sus castillos...
Francia es un país con mucho encanto. El año pasado mismo, tras una experiencia en la zona de los castillos del Loira, decidimos ir a ver la zona de los Cátaros en Montsegur, y en dicimebre pasado estuvimos por toda su zona costera del sur hasta llegar al principado de Mónaco.
Salímos de Barcelona y cruzamos por: Perpignan, Narbonne, Montpellier, Nimes, Marseille, Cannes, Nice, Menton, hasta llegar a Mónaco.
En la misma alfombra roja por donde acceden las celebridades en el Festival de Cannes.
Las fabulosas y esplendorosas calles de Niza, con todas sus tiendas y negocios.
En la guarnición amurallada de Menton.
Representación en piedra también en las calles de Menton.
Cisnes en el mar: algo que dudo que vuelva a ver.
Con las vistas enteras de Mónaco.
Frente al hotel de Monte Carlo.
En las escalinatas del casino (donde se rodó la película Casino Royale).
Voy a contaros algo de Mónaco. Esta es una ciudad-estado autogoberanada por ella misma. Aunque su tamaño es reducido y en poco tiempo puedes cruzarlo de punta a punta, es difícil no caer tentado por todas sus luces y por sus ostentaciones.
Sólo al poner un pie de noche, las luces de todos sus edificios resplandecían a modo de atractivas señales para mis sentidos. Aún así lo que más destaca es su Casino, una de las mayores riquezas, por no decir casi la única de que dispone el principado. El Casino está decorado con toda clase de luces y cuadros, con un estilo muy recargado que te hace recordar el siglo pasado.
Es habitual ver en su interior grupos de jugadores de todas partes del mundo gastando sus pequeñas fortunas en el juego. La gente se divierte y pasa un gran rato acompañado de sus bebidas, cruzando por las distintas salas (sala del blackjack, del poker, de las máquinas tragaperras...).
Una vez en el exterior, sus calles también llevan el mensaje del consumismo. Grandes marcas de todo tipo están en todas las esquinas, y es muy habitual ver continuamente coches de gama alta. Mónaco es un lugar donde parece que la pobreza no existe, o al menos yace bajo una capa de pintura dorada.
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