jueves, 16 de febrero de 2012

Trampas psicológicas

En nuestro día a día solemos tomar una enorme cantidadad de decisiones, algunas de las cuales somos claramente conscientes, pero la gran mayoría no.

Decidimos acerca de una gran variedad de áreas distintas de nuestra vida, tomando elecciones que nos influyen de una forma determinante en nuestra manera de ser y actuar, como por ejemplo: los amigos/ as, los estudios, los hobbies, el trabajo, nuestro estilo de vida...

Los seres humanos somos seres racionales, pero en ocasiones nuestra mente puede sabotearnos. Ésto se debe a la forma que tiene nuestro cerebro de resolver inconscientemente la gran complexidad de datos e informaciones que procesamos continuamente.
  
Como decía en el artículo llamado "Los prejuicios a la hora de tomar decisiones", la mejor forma de evitar estas trampas es conocerlas y tenerlas presentes.





 Aquí os mostraré algunas más:

1. La Trampa del Ancla: damos una gran importancia a la primera información que recibimos. Las impresiones, estimaciones o datos iniciales influyen en nuestros pensamientos y juicios posteriores. 

Por ejemplo: 

¿Tiene Turquía más de 40 millones de habitantes? ¿Qué cantidad de habitantes crees que tiene Turquía? 

De forma inconsciente la primera información te habrá afectado a la hora de responder la segunda pregunta. (* la respuesta correcta es 78 millones).

2. La Trampa de la Situación Creada: las personas nos sentimos cómodas con nuestras rutinas y evitamos adoptar medidas que nos puedan generar críticas, decepciones o arrepentimientos, aún sabiendo que hay alternativas mucho mejores.

Por ejemplo: generalmente las personas que heredan un paquete de acciones que ellas nunca hubiesen adquirido, la mayoría no las venden, y eso a pesar de que sería bien fácil venderlas y poner ese dinero en otra inversión.

3. La Trampa de los Costes Irrecuperables: tomamos decisiones que no son válidas en el presente, para justificar elecciones del pasado que fueron erróneas. De esta forma seguimos encubriendo nuestro error incial.

Por ejemplo: seguir adelante con un proyecto que sabemos que no va finalizar con éxito, sólo para justificar las horas, esfuerzo, recursos que hemos invertido en un comienzo.

4. La Trampa de la Prueba de Confirmación: tendemos a decidir inconscientemente lo que queremos hacer antes de pensar por qué queremos hacerlo, es entonces cuando al preguntar las opiniones de los demás sólo hacemos caso a las que coinciden con la nuestra, descartando las demás.

Por ejemplo: tenemos dudas sobre si ir a trabajar al extranjero o quedarnos aquí. Nuestra preocupación viene dada a que no dominamos del todo el idioma foráneo. Antes de decidir nada, hablamos con nuestros amigos y amigas que siguen trabajando aquí. Al final acabamos quedándonos como ellos/ as sin contactar con nadie que pueda ofrecernos una visión alternativa.

5. La Trampa de la Expresión: como expreses el problema afectará a como plantees la toma de la decisión. Una misma situación puede plantearse en términos de ganancias o en términos de pérdidas.

Las personas evitamos el riesgo cuando se les plantea un problema desde el punto de vista de conseguir ganancias, pero aceptan el riesgo cuando se les plantea un problema desde el punto de vista de evitar pérdidas.

Por ejemplo, imagínate que sufrimos de una grave enfermedad.

A - Tenemos la opción de someternos a una operación para mejorar significativamente nuestra calidad de vida. Las probabilidades de fracaso son de un 60%.

B - Tenemos la opción de someternos a una operación para evitar que nuestra calidad de vida decaiga significativamente. Las probabilidades de éxito son de un 40%.

6. La Trampa del Exceso de Confianza: sobrestimamos la fiabilidad de nuestras predicciones y eso nos puede llevar a cometer errores de juicio.

Por ejemplo: estoy convencido que el exámen será muy fácil, no hace falta que estudíe tanto o este año el precio de los pisos seguro que subirá mucho, si vendo el mío haré un buen negocio.

7. La Trampa de la Prudencia: por el contrario si somos demasiado cautos puede que no actuemos como deberíamos ya que nos sentímos frenados o invertimos en exceso en sentirnos seguros.

Por ejemplo: queremos presentar un proyecto de mejora de la empresa a nuestro jefe/ a, pero queremos estar bien seguros que le gustará. Pasamos seis meses retocándolo y cuando decidimos presentárselo, llegamos tarde.

8. La Trampa de la Capacidad de Recordar: damos mayor relevancia a los acontecimientos recientes importantes. Además los acontecimientos dramáticos pueden influenciarnos excesivamente.

Por ejemplo, está demostrado que es más seguro ir en avión que en coche, aún así hay mucha gente que tiene más miedo de sufrir un accidente aéreo que en la carretera. Si se da la casualidad de que unas semanas anteriores se ha producido un accidente aéreo, nuestros temores aumentarán.






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