Estos últimos días los he pasado en Can Mundet, una casa rural que hay cerca de Lloret de Mar. En ella se realizan toda clase de actividades, incluyendo las bajadas en tirolinas.
Tirarse en tirolina es algo que pese a la edad, aún te sigue despertando las mismas emociones. La sensación de vértigo tras observar la pendiente y el desnivel que existe. Los nervios mientras te vas colocando el casco y el arnés de seguridad. El pulso acelerándose mientras te situas en el borde de la plataforma. Y en el último momento, cuando das ese ligero impulso y te dejas deslizar, como un gran torrente de adrenalina recorre todo tu cuerpo.
La tirolina, tirolesa o canopi es un ejercicio muy practicado en los ámbitos de entrenamiento militar. Las hay de grandes distancias y alturas (algunas incluso llegan a cruzar altos desniveles o rios). Aún así hoy en día se encuentra en cualquier campamento con actividades de ocio al aire libre.
Para hacer un buen uso se recomienda al tirarse, levantar las piernas recogiéndolas. Mantener las manos sujetando en todo momento la cuerda de amarre (nunca ponerlas encima en el cable deslizante). Sí llevas pelo largo, recogerlo en una coleta (evitar que se enganche con la polea). Y disponer correctamente las piernas flexionándolas al aterrizar (ya sea en arena, en una colchoneta o con un árbol/ plataforma vertical).
¡Una experiencia para todas las edades!
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