A veces las soluciones a nuestros problemas son más simples y sencillas de lo que nos pensamos. Éstas residen en lugares tan naturales y corrientes como: en un paseo por la playa, en una excursión por la montaña o tomando un café en un bar con un amigo/ a.
Durante un proceso de Coaching Personal que me hicieron, aprendí que la búsqueda del punto intermedio de las cosas (pensamientos, creencias, problemáticas...) nos puede ser de lo más útil para poder ver más allá de lo que nos está afectando o preocupando.
Estamos acostumbrados a ver la vida como si lleváramos puestas unas gafas de polaridades cromáticas. O blanco o negro. Sólo podemos elegir entre estas dos opciones (ganar/ perder, amar/ odiar, vivir/ morir...).
Y así pasamos nuestra existencia, teniendo que tomar decisiones entre dos opciones que parecen siempre ser las más correctas. Eso sin olvidar el añadido del arrepentimiento, las justificaciones, los juicios propios y las valoraciones que tanto nos afectan de los demás.
Qué fácil sería en el dilema poder quedarse con las dos opciones. Elegir el blanco y elegir el negro. Los dos polos tiene cosas que nos atraen y cosas que nos desagradan.
Pero, ¿qué ocurre con el color gris?
El hecho de ser un poco más flexible y tratar de buscar los grises que habitan entre el blanco y el negro ya te permite romper esta dualidad. Parece fácil, pero no lo es. Nos movemos entre blancos y negros y el pensar en una opción C nos aterra, nos hace pensar, investigar, arriesgar, en definitiva salir de nuestra zona de confort.
Si hombe, sí el problema ya era complejo con dos opcions, ¿por qué voy a buscar una tercera?
Porqué puede que la tercera sea aquella que reune lo justo de las dos anteriores (punto intermedio), porqué puede que la tercera sea una nueva forma de ver y abordar el problema (dar pie a más colores/ opciones), porqué puede que la tercera sea la más apta para tu solución. Pero sólo es un "puede". De ti depende dar el paso.
Lo que es seguro es que habrás ampliado tus miras, y quizás no sea el punto intermedio exacto, pero lo que habrás ganado con esto ya habrá valido la pena.
Este artículo está dedicado a mi amiga Anna y a mi Coach Bea.
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