lunes, 6 de mayo de 2013

¡Vuela!

A lo largo de los años he ido conociendo a distintos emprendedores, algunos cuyos proyectos se están convirtiendo en referentes mundiales.

Por ejemplo de uno de ellos en concreto obtuve ua gran lección.


La idea que me transmitió es de que cuando quieras iniciar tu propio proyecto, debes lanzarte. Según él, es mejor poder salir a volar aunque sea en un avión de papel que esperarnos a disponer de un gran reactor.

Su concepción era que si empezabas poco a poco, sobre la marcha podías ir mejorando tu proyecto o negocio, y así poder llegar a disponer del gran avión (visión final).

De la otra manera, lo más probable es que inviertas grandes recursos tanto a nivel humano, de tiempo, económicos..., pero al final tus sueños se queden ignorados en un papel o en unas hojas de Excel.

Cuando te lanzas aunque tus primeros pasos no sean del todo firmes, te permite poder motivarte e ir animándote sobre lo que estés consiguiendo (por poco que sea).


De la otra manera, manteniendo todos tus sueños en una habitación o en una lápiz de memoria, generalmente estos no van a hacerse realidad.

La base de su filosofía era, "¡lánzate, experimenta, vivelo y crece con tu proyecto". No hay mejor manera que experimentarlo por medio de la acción.

Igualmente, según mi opinión hay que encontrar un punto de equilibrio.

Es un poco lo que los expertos mencionan como: "Lanzarse a la piscina, pero con al menos un poco de agua". Es decir pasar a la acción, pero con un mínimo de planificación.

Aunque quizás para este chico, tantas dosis de optimismo son un maná inabarcable de motivación, con la que es capaz de vencer todos sus retos.

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