martes, 23 de julio de 2013

Wakeboard en Malamar

Estos últimos meses mientras cruzaba en tren por la estación de Montgat, mis ojos se detenían para contemplar una enorme piscina artificial.


Pues esta enorme piscina ha terminado convirtiéndose en el complejo de deportes acuáticos de Malamar. Esta empresa es la propietaria de las instalaciones donde ofrecen entre varios servicios el de: restaurante, lounge club y dos pistas para practicar wakeboard con tele-arrastre.


Mi propósito era el de poder probar por primera vez este deporte que tantas veces he visto practicar en los lagos y en el mar.


Para tod@s los interesados, es necesario llamar con un mínimo de antelación, ya que ahora en verano hay bastante afluencia de reservas.


El precio de una hora por la mañana es de 15 euros y por la tarde de 20 euros. Además se recomienda venir media hora antes para poder hacer los pagos.


Una vez llegó el momento, el instructor nos puso el chaleco y el casco protector. Para los que habíamos hecho surf o snowboard nos dió unas mínimas referencias y para los demás nos explicó algunos que otros consejos amateurs.

En cada arrastre eramos unas 4 personas, por lo que el mismo instructor recomienda venir entre semana y los mediodías (poder gozar al máximo).


Me puse la tabla y me lancé al agua. Una vez allí la postura básica es poner la espalda curvada, flexionar las piernas y hacer fuerza con los brazos.


Las primeras veces, me caí bastante. E incluso es bastante habitual tragar un poco de agua. Pero a los pocos minutos ya empiezas a ponerte de pie

Y cuando te pones de pie ya es más fácil mantener el equilibrio, colocando los brazos en una postura equidistante (ni demasiado lejos ni demasiado cerca del pecho).


Luego viene  el aprender a girar, que se realiza con una ligera inclinación de las caderas. 


Una vez pillas el truco y consigues estar de pie es una pasada. Vas bastante rápido y la sensación encima de la tabla es de pura adrenalina. 


Te lo pasas genial. Incluso llegué a saltar una de las rampas blancas (zona del medio).


Una vez terminas la hora (tiempo que se te pasa volando) las sensaciones de adrenalina y jubilo quedan impregnadas en toda tu persona,  y sobretodo permaneces con muchísimas ganas de volver a repetir.


¡Hasta pronto!