Cuando me estaba formando como Coach conocí a Juan Miquel, el cual cumplió este rol conmigo.
De todo lo que trabajé y aprendí con él (ya he hablado antes de mi proceso de cambio), hubo una lección que me marcó gratamente.
Esta surgió ante la duda y el miedo sobre si estaba o no preparado para ejercer mi profesión.
Su respuesta fue clara y contundente.
- Somos necesarios.
Yo titubeé.
- ¡Creételo Oriol!
- Hacemos falta.
- En la sociedad, en tu entorno más cercano, hace falta gente que esté dispuesta a ayudar.
Sus palabras quedaron grabadas en mi.
Cuantas personas están sólo para cumplir con sus propias necesidades.
Y cuanta gente necesitan ser ayudada.
Sobretodo en el ámbito de la salud mental, una área que desgraciadamente sólo ha hecho que empeorar año tras año de crisis.
Así que tomé su coraje, su valentía y su aliento y me comprometí. Vi claro que era algo que quería hacer, podía hacer y sabía como hacerlo.
Yo soy necesario.
Hace falta gente como yo que se vuelque a ayudar a los demás.
Y esto proporciona una gran satisfacción. Le da sentido a mi vida y a como quiero vivirla.
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