La Terapia Breve busca solucionar los problemas de manera más rápida, eficiente y menos dolorosa. Trabaja con el problema en el "aquí" y en el "ahora". Es dinámica y flexible. Se trabaja mucho en equipos de terapeutas.
Acude al pasado sólo en:
- Cuando el paciente lo considera importante para solucionar su problema actual.
- Cuando el terapeuta estime obtener recursos adicionales y útiles (ampliar la gama de posibles soluciones al problema).
Trabaja para cambiar de una forma de pensar lineal (causa-efecto) a un enfoque sistémico (sistemas, subsistemas, y sus interacciones); (no se trata al individuo y su problema en forma aislada, sino que se lo considera dentro de su contexto actual y sus interrelaciones).
Se aplica en familias, parejas, individuos u otros sistemas de interacción humana.
Se identifican los problemas y la gama de posibles soluciones. Se analizan los intentos de solución pasados para fijar metas y alcances del tratamiento y diseñar las intervenciones adecuadas en cada caso.
Esto convierte al proceso de terapia en un esquema totalmente interactivo: se complementan las dos partes expertas, el experto en técnicas de Terapia Breve (terapeuta) y el experto en su problemática (el paciente).
Se debe definir claramente el problema que el paciente desea solucionar (estructurar el problema en términos de conductas, las interacciones, y/o comunicación implicada en el mismo, cuando ocurre, en donde, con qué frecuencia, a quien le afecta el problema, desde cuando es problema, como lo vive cada miembro del sistema...
Las metas de terapia se definen en relación a cambios concretos que se desean lograr, comenzando con cambios pequeños en los subsistemas, los cuales acarrean grandes y notorios cambios que repercuten en todo el sistema.
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