miércoles, 12 de marzo de 2014

Convierte miedos en deseos y oportunidades

El lenguaje construye realidades, y si sabemos usarlo adecuadamente podemos realizar potentes reconstrucciones.

Por ejemplo, delante de un miedo.

(Recomiendo llevar a cabo este ejercicio escribiéndolo o con la ayuda de una pareja).

Podemos formularlo verbalmente como: un obstáculo, un freno, una barrera, una limitación....

- Me da miedo que me rechacen ... (en una situación de entrevista de trabajo, en una relación de amistad, amorosa...).

Reformulamos la expresión realzando/ destacando el deseo y la oportunidad (es como darle la vuelta a la situación):

- Quiero ser más/ valiente... (Deseo).

- Si supero mi miedo// si soy más/ valiente .... conseguiré trabajo, mejoraré mis relaciones de amistad, amorosas... (Oportunidades).

Es cuestión de buscar dentro del miedo y ver lo que te gustaría realmente. Todo miedo alberga un deseo, aunque sea el propio deseo de vencer el miedo.

"Me da miedo volar en avión, pero me encantaría poder irme de vacaciones a...viajando en avión".

Los deseos te impulsan hacia el logro de objetivos. Se descubren/ destapan nuevas oportunidades para poder conseguir metas que quizás antes no contemplábamos.

¿Cómo te sientes mejor?

Diciendo: "Tengo miedo al rechazo".

Diciendo: "Quiero ser valiente", "Si me esfuerzo en ser valiente lograré pasar una prueba de selección, integrarme en el grupo, o declarar mis sentimientos".

Con este cambio del lenguaje, no sólo estamos reformulando la estructura verbal, sino que estamos produciendo modificaciones en: nuestros pensamientos (que pensamos sobre la situación/ objeto/ persona), nuestras emociones (como nos sentimos) y en definitiva promoviendo nuevas acciones/ conductas.

La reformulación no es la panacea de la situación, obviamente necesita acción. Pero sirve para dirigir nuestra atención a la solución y no al problema.



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