El hábito es aquello que hemos interiorizado hasta tal punto que es natural y automático. No lo pensamos, sale directamente de nosostros.
Todas las personas tenemos hábitos más adaptativos que otros. Por ejemplo: si vas al gimnasio tres veces por semana estaríamos hablando de un hábito totalmente positivo para tu vida, pero si comes la misma cantidad de veces por semana en un restaurante fast food, sería más bien un hábito perjudicial.
Los hábitos se pueden crear. No son más que conductas aprendidas y repetidas un número específico de veces (hay la teoría de los 21 días seguidos).
Una técnica sencilla es la de hacerte con un calendario de grandes proporciones y colgarlo en la pared (que sea visible para ti). Arriba escribe el objetivo que te propongas (siempre en positivo), por ejemplo: salir a correr.
El primer día que lo logres haz una marca con un rotulador de un color llamativo (por ejemplo una x o un círculo). Así cada día irás haciendo lo mismo, hasta completar las primeras semanas.
El ver cada día este calendario te obligará a esforzarte más. Llegará un punto en que no será necesario mirar el calendario, saldrá natural.
Si hay un día que te saltas la rutina deberás pintar ese cuadro de otro color llamativo (que destaque entre los demás). Eso hará que te convenzas de que debes seguir con la rutina.
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