Barcelona es una ciudad que dispone de muchas calles y callejuelas con su particular encanto. Una de estas calles es el carrer Tallers, un espacio en pleno corazón de la ciudad, cuya diversidad de estilos y tendencias se asemeja al barrio londinense de Camden.
Dentro de este barrio se encuentra el bar la Ovella Negra, uno de los bares más conocidos y punto de encuentro por excelencia de mucha gente.
El bar está orientado para que parezca una tasca antigua, y en su interior todo va acorde.
Las mesas de roble, los bancos también de pino barnizado y el suelo de tachuelas.
Tiene un ambiente distendido donde siempre está lleno. La gente entra y sale, pero siempre se respira muy buen humor.
Las personas que van allí acostumbran a ser grupos de amigos y amigas con ganas de pasarlo bien. Comer algunas tapas típicas españolas, algunos bocatas con embutidos de la tierra y refrescarse con cerveza, sangría u otras bebidas.
Es uno de los bares donde mejor me lo he pasado de Barcelona. Sobretodo porque puedes entrar con tu grupito de 4-5 amigos y amigas y acabar saliendo habiendo ampliado el círculo de amistades con otros grupitos o personas.
Este sábado pasado fui con Ainhoa y Maria, dos amigas de Barcelona y nos lo pasamos genial.
Es un lugar donde siempre te sientes cómodo, y el sitio ideal para empezar una buena noche.