jueves, 15 de julio de 2010

Gainsbourg: Vida de un héroe


Je t'aime
oh, oui je t'aime!
moi non plus
oh, mon amour...
comme la vague irrésolue
je vais je vais et je viens
entre tes reins
et je
me retiens-je t'aime je t'aime
oh, oui je t'aime!
moi non plus
oh mon amour...
tu es la vague, moi l'île nue
tu va et tu viens
entre mes reins
tu vas et tu viens
entre mes reins
et je
te rejoins- je t'aime je t'aime
moi non plus
oh, mon amour...
comme la vague irrésolu
je vais je vais et je viens
entre tes reins
et je
me retiens
tu vas et tu viens
entre mes reins
tu vas et tu viens
entre mes reins
et je
te rejoins- je t'aime je t'aime
oh, oui je t'aime!
moi non plus
oh mon amour...
l'amour physique est sans issue
je vais et je viens
entre tes reins
je vais et je viens
et je me retiens
non! main-
tenant
Viens!

Acabo de ver esta tarde la primicia creativa de Joann Sfar. Plena conjugación de detalles y escenarios donde un magnífico Eric Elmosnino da vida a Lucien o más conocido como Serge Gainsbourg. Aquí os dejo más impresiones que un fidedigno análisis cinematográfico. 

Pisada, huella. rastro de una de las etapas culminantes de Serge Gainsbourg. Hombre a una nariz pegada, distintivo irresistible a modo del más grande y ficticio interpretacional: Cyrano de Bergerac. Polifacético hombre de artes: cantautor, actor, director de cine francés y polémico notorio popular.

"El arte corre por tus venas" podían decirle sus tutores o amigos más próximos, pero tanto vigor sin rumbo tiende a perderse. El sacrificio de la pintura le costó la celebridad con la música. Y con la música llego su infinito instante en los recuerdos que nunca terminan. Fama imperecedera acompañada de un halo de aventuras de galanteo y atracción, con un sabor francés a cigarrillos, ginebra y coñac.

El filme no es su vida. La subjetividad de tal, sólo corresponde a él y sus más allegados. Palabra del director. Escenas que culminan entre lo onírico y lo más íntimo metafórico de Gainsbourg, todo muy bien conducido por recreaciones pictóricas propias del cómic y de fantoches circenses. Una demasiada similitud con la realidad ha dado pie a sus altos y bajos en la crítica sobre su valor recreativo. 

Los sentimientos  más fugaces y a la vez densos y consistentes surgen de la pantalla para inundar momentaneamente tus sentidos y trasladarte a un recorrido por el siglo que lo vio crecer. Generaciones marcadas por una canción, un estribillo o un amor al que nunca olvidarán.

París y el mundo lo recordarán como un ciudadano leal y rebelde que se atrevió a hacer vibrar al mundo con su pintoresco rostro y sus pícaras melodías enamoradizas.

 
Creatividad a cada exhalación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario