Como ya relaté en la primera entrada de este blog, he trabajado varios años en el mundo de la noche. Desde técnico de luces, de música en una radio, disjockey, promotor, RR.PP... A mis 20 años me encuentro con la sensación de vacío ante la previsibilidad de las discotecas o locales de fiesta.
Esta fue la razón por la que nació este proyecto: vivir el máximo número de nuevas experiencias que la vida me brinda. Prefiero ahora mismo aprovechar las mañanas que dormir hasta juntarse con la siesta, poder reírme con mis amigos sin tener que deber nada al alcohol, poder escuchar música sin tener que gritar para hablar....
Pero no todo es tomarse la senda con extremos. Me di cuenta que más allá del estilo y del ambiente en que yo solía salir de fiesta, había una gran infinidad de otras atmósferas y entornos. Todo de mundos nocturnos ignorados ante mi obnuvilación sensitiva.
Así es como decidí salir otra vez al exterior frío y sombrío pero a su vez alucinante e instructivo que el anochecer promete.
La noche del sábado fue una noche plena y completa en todos sus aspectos. El primer local que visité fue el Clap. El Clap es una discoteca y sala de conciertos ubicada en el polígono Pla d'en Boet, en Mataró, más concretamente en la calle Serra i Moret número 6. Aquí es donde empecé la diversión pasando un formidable rato con mis amigos y en especial celebrando el 21 cumpleaños de Anna, una verdadera fuente de alegría como persona.
El club es un lugar de encuentro totalmente heterogeneo. La gente suele atribuirle más un carácter informal, alocado y desenvuelto donde puedes encontrarte desde invitados con ropas holgadas, gente más al estilo hippie o sencillamente cualquiera que quiera disfrutar de una copa pasando un muy buen rato. El edificio consta de dos plantas. La sala pequeña o superior los sonidos de los 70, 80 y 90 se fusiona con los últimos estrenos de las listas musicales. En la sala grande o inferior, donde se materializan las grandes actuaciones, han pasado artistas como Macaco, Barón Rojo, Shantel... Esta última sala los fines de semana toma el relevo con el eclectisimo más puro: flamenco, hip hop, rock, funk...
No olvidarse que en la entrada se dispone de una terraza donde en verano se convierte en tan o igual de protagonista que las otras dos.
Sala pequeña: fusión de décadas de buen ritmo.
Sala grande de conciertos: amalgama de pluralidad de estilos.
http://www.clap.ws/
La segunda parte de la noche empieza con el reencuentro de un muy buen e inolvidable amigo. Albert es uno de aquellos colegas que pese a la separación de los intervalos que espacían la mutua existencia, hay demasiadas vivencias compartidas de por medio para romper tal vínculo . Demasidas noches de disfrute, engendradoras de grandes experiencias que ya expresé.
Cuando crucé el vestíbulo de Activa en mi soledad, mi amigo me esperaba en el interior, me sentí como si estuviera penetrando en la más lóbrega y estridente garganta del lobo. Mis ropas, mis aires, mis andares y mi mirada, toda una licuefacción de elementos al más puro estilo de un perfecto enmascaramiento.
Una vez dentro, una enorme sala inferior colmada de análogas figuras con simetría de movimientos. En la superior, más vacía pero notable en su presencia de asistentes. Ritmos, compases, melodías en supremacía y extremez de decibelios. Repeticiones de beats sin fin ni descanso. No hay alternativa a la recuperación. El hardcore más trallero de Pastis&Buenri ha poseído la sala para dar paso a la famosa Dj Korsakoff y a un séquito de preservadores del frénesis. Todo esto acompañado por unos bailes muy particulares llamados Jumpstyle y el Hardjump.
Estos consisten en dar saltos de talón o de punta cruzando las piernas y rotando a medida que los beats van marcando cada uno de las pulsaciones o golpes de bajo. Los brazos se mueven hacia adelante y hacia atrás y en algunos momentos pueden simular golpes o patadas de cualquier arte marcial.
Momento de máxima culminación sonora.
http://www.discoactiva.com/


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