Fiesta de San Juan a l'Illa Roja

Este San Juan, sin la menor duda, ha sido uno de los más extraordinarios de toda mi vida. Una experiencia que vale la pena ser compartida y recomendada.

Un sitio de ensueño, una celebración totalmente mágica y una gente que hicieron muy amena la átmosfera del evento.

Nos encontrabamos en el apartamento de una amiga en Calella de Palafrugell, cuando después de varias llamadas nos confirmaron de que se celebrava una gran fiesta de San Juan en una pequeña cala cerca de allí, más concretamente en la población de Pals.

Así que pasada la hora de las brujas nos montamos en los coches y nos fuímos al encuentro de este emplazamiento secreto. Tras muchas vueltas y después de perdernos durante algunos minutos empezamos a vislumbrar una gran hilera de coches aparacados con gente bebiendo y bailando en medio de la carretera.

¡Bingo! La fiesta no podía quedar lejos. Sólo hacía falta saber en que dirección quedaba el mar y la playa para empezar a descender siguiendo a los demás asistentes. Tras bajar por la carretera encontramos una calle sin salida, aquello tenía que tener truco. En efecto, había un pequeño pasadizo oculto que te llevaba directo a la arena. Sólo posible de recorrer con la ayuda de las luces de los móviles.

Tras cruzar algunos senderos rocosos, apreciamos una gran cala bañada por las luces de la luna y con la presencia de una colosal roca roja. Era fácil, todo consitía en seguir el enérgico ritmo de la música e intentar no precipitarse al dar un malpie en las rocas.

Dentro de la cueva habían instalado un equipo con: altavoces, luces, lásers e instrumentos para que varios disjockeys pusieran ritmo a la fiesta. 

Al más puro estilo rave, música techno, house, dance... todo sonaba acorde con el contraste seductor que ofrecen las hogueras en San Juan.

Una noche de bailar, reír, saltar, gritar y dejar atrás todas las tensiones de los exámenes y proyectos finales. Gente de todas partes se había reunido sólo para llegar a este punto tant escondido de la costa.

La fiesta de la Illa Roja duró hasta la salida del sol, momento culminante en el que se pudo ver de forma nítida el intenso rojizo de la gran roca.