Me encanta el verano y estar de vacaciones. Después de todo el año trabajando y estudiando sienta bien tener algunos días libres para disfrutar del calor con un poco de deporte.
Me fuí con Albert a Inercia, una tienda especializada en la venta y alquiler de material de patinaje. Allí fue donde alquilamos en un primer lugar unos patines en línea.
La tienda se encuentra situada cerca de Arc de Triomf y sus precios reducidos hace que no dudes en pasarte unas horas rodando por el Pasaje de Lluís Companys.
Es divertidísimo volver a ponerse unos patines bajo los pies. Además la zona está llena de patinadores y patinadoras que amablemente se disponen a darte algún consejo y ayudarte a mejorar un poco tu técnica.
Después de un rato de práctica con los patines, decidimos probar algo nuevo. Y que mejor que con el longboard, o tabla larga. Este es un monopatín un poco más largo de lo habitual, ideal para zonas planas y asfaltadas. Al ser más ancho, otorga más estabilidad, seguridad y comodidad.
Su uso no está tan dirigido a los trucos (aunque los hay y los que dominan ejercitan muchos) como a coger velocidad y a deslizarte inclinándote con el cuerpo para poder girar y esquivar obstáculos. En Barcelona al ser una ciudad relativamente llana su uso es perfecto para cruzar grandes distancias (Cruising).
El longboard se originó en las calles de California con una fuerte inspiración en el surf. Los profesionales de este deporte suelen bajar colinas y fuertes pendientes deslizándose muy rápidamente. Su especialidad es el Slide y el Downhill, un movimiento que consiste en derrapar en el suelo para luego frenar.
Como modalidades o formas de patinar con el longboard estaría: el carving, el downhill, sliding, cruising, slalom, pool, dancing y free ride. Adaptadas a los estilos más individualizados de cada uno (con más adrenalina, con más técnica, o para deslizarse de forma más relajada...).
Una forma magnífica de endurecer piernas y glúteos mientras haces deporte al aire libre.
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