jueves, 8 de diciembre de 2011

Visualización creativa: técnica para el éxito

Después de unas semanas muy atareado con el Máster no quería despedirme de este año 2011 sin compartir  una de las herramientas más efectivas que he descubierto.

La visualización creativa es una técnica psicológica que se utiliza para lograr vivenciar un estado emocional usando la imaginación.



Continuamente en nuestro día a día de una forma inconsciente tenemos pensamientos y creamos imágenes sobre todo tipo de situaciones y estados. No podemos evitar que a veces nos vengan a la mente pensamientos de tristeza o temor, o que imaginemos situaciones de fracaso o derrota. ¿O quizás sí podemos evitarlo?

Por medio de la visualización creativa se puede llegar a educar en cierto grado nuestros pensamientos y lo que imaginamos. Nuestro cerebro no distingue entre un acontecimiento real y un acontecimiento imaginado. El cerebro ante los dos acontecimientos enviará las mismas respuestas: segregar sustancias, activar los músculos, nervios, flujo sanguíneo...

Por ejemplo hay deportistas de élite que antes de participar en una competición o campeonato se estimulan imaginando la realización perfecta de sus movimientos para poder así conseguir el estado mental idóneo para lograr el éxito. 


Si están nerviosos pueden visualizar una escena tranquilizadora. Si están decaídos pueden visualizar una escena que les excite. Si les falta seguridad pueden visualizar una escena que les dé confianza en sí mismos...

Imaginándonos a nosotros mismos en la situación/ estado deseado, el cerebro lo interpretará como real y nuestro cuerpo actuará en consecuencia. Es importante pensar siempre en términos positivos para que nuestro cerebro pueda comprender con claredad el mensaje (decirle a la vida lo que sí quieres).

 MÉTODO: ¿Qué quieres imaginar/ visualizar?  Cierra los ojos. Y empieza a recrear en tu mente la escena deseada. ¿Qué ves? Descríbelo con todos los detalles posibles (colores, formas, figuras...). ¿Qué escuchas? Narra todos los sonidos que puedas oir de aquella situación. ¿Qué sensaciones, emociones tienes? Todo aquello que te provoque (calor, suavidad, alegría, seguridad, energía, tranquilidad...). ¿Dónde sientes esta sensación? ¿En qué parte del cuerpo? Ubícala en aquel lugar de tu cuerpo donde ésta tome más presencia.

La clave está en vivenciar la realidad imaginada. Como más la trabajes más vívida te será, y entonces más creíble será para ti y para tus sentidos.  



Ejemplos de casos en nuestro día a día: 

- Tienes que hacer una exposición en público: visualiza la escena en la que estás haciendo la charla con todos los detalles posibles. Imagínatela como un éxito total, en la que lo has hecho a la perfección y todos los oyentes han quedado muy satisfechos. Sí has logrado visualizarla correctamente,cuando vayas a dar la charla, tu confianza y seguridad habrán crecido ya que será como si volvieras a dar un coloquio que ya has realizado con éxito.

- Has de mantener una conversación engorrosa con alguien con quien no mantienes una buena relación: visualiza una escena en la que estás manteniendo un diálogo con esa persona con todos los elementos posibles. Lo más real que seas capaz. Al final acabas representando en tu mente que la conversación ha sido muy fructífera y que has conseguido lo que te proponías. Seguro que cuando te enfrontes a esta situación te resultará todo mucho más ameno.

¡Los límites los dicta tu mente!

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