Ahora que se acercan las fechas de Carnaval, recuerdo una ocasión hace un par de años en la que me fui con mi amigo Frankie a uno de los Carnavales más locos, divertidos y extravagantes que puedas imaginarte por la zona de Barcelona.
En realidad no había nada planeado. Me encontraba un sábado como cualquier otro decidiendo donde salir de fiesta con Frankie. Así que sin dudarlo, planteamos ir al Carnaval de Sitges.
Llegamos entre una multitud de coches y de gente disfrazada que abarrotaba las calles.
Aparcamos en la otra punta del pueblo y nos fuimos directos a la zona del paseo marítimo.
Sin disfraces pero con mucha cara, pedimos a unas chicas que se estaban pintando y disfrazando en unos bancos, si serían tan amables de ponernos algunas de sus pinturas en la cara.
El resultado fue mejor de lo que podríamos llegar a esperar. Al final con pinturas faciales de color negro y de color blanco, logramos el aspecto de dos mimos/ arlequines. Lo suficiente para no desentonar en el ambiente y para poder introducirnos de lleno en la fiesta.
Entonces, nos dirigimos a la calle principal donde están todos los pubs. Casi no se podía andar por las calles. Los pocos espacios libres que encontrábamos nos permitían poder avanzar, así hasta ir entrando en los distintos pubs.
Aunque estábamos sólos pronto conocimos varios grupos de gente, los cuales nos invitaron a beber y a unirnos a ellos.
¡Una fiesta que siempre recordaré!
Nos quedamos hasta bien tarde para acabar de disfrutar de una noche de puro Carnaval en Sitges.
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