sábado, 9 de febrero de 2013

Distorsiones Cognitivas

Aaron Beck desarrolló la terapia cognitiva para tratar la depresión, a principios de los años 60. 

Para él, los trastornos psicológicos provienen de distorsiones cognitivas, que son formas erróneas de pensar que aparecen en forma de pensamientos automáticos ante determinadas situaciones desencadenantes de estrés, provocando estados emocionales negativos y conductas inadecuadas.

Estos son los siguientes:

- Filtraje: Consiste en centrarse exclusivamente en los aspectos negativos de una situación, exagerando su importancia. La emocionalidad negativa tiñe la interpretación de la situación.

- Visión catastrófica: Consiste en adelantar acontecimientos de modo catastrofista, ponerse en la posibilidad de que ocurrirá lo peor para uno mismo.

- Pensamiento polarizado: Consiste en valorar los acontecimientos de forma extrema (bueno/ malo, blanco/ negro), sin tener en cuenta los grados intermedios y matices.

- Sobregeneralización: Consiste en extraer sin base suficiente una conclusión general de un único hecho particular.



- Interpretación del pensamiento: Es la tendencia a interpretar los sentimientos e intenciones de los demás sin prueba alguna.

- Personalización: Consiste en la costumbre de relacionar los hechos del entorno con uno mismo, mostrándose susceptible. También el hábito de compararnos con los demás.

- Deberías: Consiste en mantener reglas rígidas y exigentes sobre cómo han de suceder las cosas. Cualquier desviación de estas reglas se considera insoportable.

- Etiquetas globales: Consiste en poner un calificativo general o etiquetar globalizadora a nosotros mismos o a los demás. Cuando etiquetamos, reducimos la globalidad de la persona o situación a un solo aspecto estereotipado e inamovible.

- Culpabilidad: Consiste en atribuirse uno mismo o a los demás toda la responsabilidad de los acontecimientos, ignorando otros factores que contribuyen a los mismos. Echarse la culpa a uno mismo o a los demás no ayuda a cambiar el comportamiento, sino que puede llevar a rumiar ideas y malestar emocional.

- Tener razón: Consiste en la costumbre de luchar por imponer el propio criterio, probando que el punto de vista propio es el correcto y que el otro está equivocado. Los argumentos del otro se ignoran o se rebaten con rotundiad.

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