En el año 2008 con unos 17-18 años, me fui con mis amigos del pueblo a Port Aventura. Era noviembre y el parque se encontraba en la temporada de Halloween.
Como no nos pusimos de acuerdo con el medio de transporte (con que coche íbamos), al final la opción más factible para todos fue la de viajar en tren. En realidad es de las mejores opciones ya que el coste del transporte es más reducido y el tren te deja en la misma entrada del parque.
Una vez allí nos sentíamos como críos, con unas ganas locas de entrar y pasarlo en grande.
Todo el parque se encontraba caracterizado para dar miedo. Recuerdo que empezamos por la "Polinesia", y ya en esta sección había actores disfrazados de vampiros y vampiresas.
Luego seguimos en la "Xina", no sin olvidarnos del gran "Dragón Khan".
En la parte del "Far West" fue donde disfrutamos más con el Halloween, ya que habían dispuesto de un pasaje del terror donde nos llevamos más de un susto.
En "Méjico" el "Templo del Fuego" nos resultó fascinante.
Y en último lugar nos montamos en el "Furius Baco", quedando todos con los pelos al revés. Fue una muy buena forma de terminar la visita al parque.
Pero la aventura no terminó aquí.
Al salir, nos encontramos con la situación de que nuestro último tren había ya marchado.
¿Cómo era eso posible?
Se ve que no habíamos mirado bien el horario de los trenes (cambio de temporada), y nos tocó tener que andar hasta Salou (la caminata fue de una media hora; aunque con el cansancio de todo el día arriba y abajo en el parque, se hizo notar).
Una vez allí en Salou cogimos un tren nacional que paraba en Estació de Sants (el precio ya no nos hizo tanta gracia). Aunque pocas opciones nos quedaban.
¡En resumen fue un día lleno de aventuras en todos los sentidos!
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