martes, 14 de mayo de 2013

Dinámica para entender el efecto del habla

Gracias al programa de radio que realizo en Radio Premià de Mar ("Emoció & Superació), este año he leído una gran cantidad de libros de psicología, coaching, crecimiento personal y de superación en general.

De ellos he podido extraer un gran número de aprendizajes, y también ejercicios y dinámicas para ponerlos en uso.


Uno de ellos, hablaba sobre el poder de lo que nos decimos. Me explico, durante el día todas las personas mantenemos conversaciones con nosotros/ as mismos.

Nos decimos cosas que pueden ser positivas, neutrales o hasta en algunas ocasiones incluso negativas.

Por ejemplo: "Hoy me siento bien", "Hace falta comprar más leche" o "Que idiota, me he dejado el paraguas en el trabajo". 

Aunque no nos damos cuenta, estos mensajes están allí. Los pronunciamos mentalmente o externamente, pero lo hacemos de forma continuada, y lo más importante de todo, estos nos afectan tanto a nivel consciente como inconsciente.

De aquí surgió la idea de esta dinámica que os voy a presentar a continuación:

En el texto la vi denominada como dinámica de la autoestima. 

1. La persona pone el brazo recto y firme, con el puño cerrado y el brazo hacia un lado.

2. Se le dice que haga fuerza y el facilitador se sitúa delante. Éste último intentará bajarle el brazo (sin forzar).

3. En general se aprecia una gran resistencia. Luego, se le pide que baje el brazo y que cierre los ojos.

4. Con los ojos cerrados y bien concentrado/ a se le pide que repita diez veces en voz alta (y focalizado/ a en el significado de las palabras), la frase: " Soy débil y me falta energía". Es muy importante que se concentre en la frase y que la sienta como suya (personal).

5. Cuando la haya repetido diez veces, se le pide que abra los ojos y que estire el brazo.

6. Que intente volver a hacer fuerza, y el facilitador intentará delicadamente volver a bajarle el brazo.

7. Aquí, se puede apreciar menor resistencia que en la primera ocasión.

8. Se vuelve a repetir el proceso, pero en esta ocasión cambiando la frase anterior por la siguiente: "Soy fuerte y estoy lleno de energía". Se debe también concentrar en las palabras que pronuncian.

9. Se vuelve a repetir la experiencia, y en esta ocasión las personas suelen incluso mantener más resistencia que en la primera ocasión (neutral).

Este ejercicio sirve para fácilmente poder apreciar el daño o el beneficio que nos hacemos cada día con lo que nos decimos. Ganar consciencia sobre estos diálogos es el primer paso para poder hacer los cambios pertintentes y empezar a cuidarnos debidamente.

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