Después de unir esfuerzos Nico y yo decidimos que necesitábamos alguien más para acabar de cerrar las bases del proyecto.
Pensamos en distintos candidatos y candidatas, pero ambos teníamos muy claro que las bases habían de ser lo más sólidas posibles.
Igual de firmes como las de una torre o un edificio que empieza a tomar altura.
Si los pilares no son suficientemente seguros entonces la estructura se derrumba. No queríamos construir encima de arenas movedizas o del barro.
Sí queríamos llegar lejos teníamos que hacerlo bien. Y la mejor opción fue dar con Anna.
Ella es la hermana de Nico, y además es psicóloga especializándose en familias (Psicología Sistémica).
La verdad es que Nico ya la había convencido un poco antes de venir a la reunió, y después de un rato en el mismo bar que la primera reunión con Nico, acabó aceptando.
Estaba claro que las necesidades que expresé seguían siendo de lo más vigentes. Es más, ella las había podido vivenciar... como al ser una estudiante de Psicología había podido tener pocas opciones de tratar a casos reales (más allá de unas prácticas limitadas en cuarto curso) y como la gente con la crisis se hayaba falta de soportes y ayudas en el ámbito de la salud mental.
Acabamos de perfilar un poco más los distintos detalles y el rumbo que teníamos puesto.
Los objetivos estaban en el horizonte.
Necesitábamos primero de todo un lugar donde empezar a crecer y a trabajar como profesionales del campo de la salud, y en paralelo debíamos mirar la forma de constituirnos como una asociación.
Intercambiamos contactos, y el engranaje empezó a ponerse en marcha.
Se cerraba así la tríada que debía crear el "alpha" de REFUGI.
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