viernes, 4 de octubre de 2013

7 noches 7 fiestas

Cuando tenía unos 19-20 años trabajaba para una empresa de organización de eventos nocturnos. Aquello me encantaba. ¡Me pagaban por salir de fiesta!

¿Se puede pedir más?

Probablemente sí, siempre hay algo más alto a lo que aspirar, pero para mi fue superarme sobradamente.

De verdad os lo digo.

Me lo pasaba genial, entraba a los locales de más de moda de Barcelona. Llegué a conocer a un gran número de personas. Chicos, chicas, promotores, relaciones públicas,  porteros, barmans, djs, bailarinas, fotógrafos...y demás....

Pero el hecho de salir cada uno de los días de la semana fue el summum.

Sí, salí los siete días de la semana seguidos: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.

¿Normal que me quemara del mundo nocturno no?

Valió la pena.

Y ante la pregunta, pero realmente hay fiesta para cada día de la semana.

Bien, la respuesta obviamente es un "sí". Aunque en Barcelona debes buscártela, no es tan fácil como parece en comparación a otras ciudades o capitales mundiales como Madrid, Nueva York, Londres o Berlín....

En mi caso empecé el lunes en la fiesta Nasty Mondays de Apolo. Allí me encontré a los más fiesteros de Barcelona, gente que venía de empalme de todo el fin de semana. El martes fue de Shoko, elegante local al lado del mar. El miércoles en Catwalk, no muy lejos de allí y con la compañía de turistas de todas partes (a las americanas les encanta Barcelona). El jueves me moví por Opium y Carpe Diem Lounge Club, de esta manera cerraba el triangulo del Port Olímpic. El viernes en Elephant, subiendo la elegancia y el caché, aunque la media de edad también subía. El sábado de vuelta con la enérgica multitud de jóvenes en Razzmatazz (el fenomeno "hipster" sólo había hecho que empezar). Y el domingo en Sotavento, reduciendo el nivel de energía y deleitándome con una buena "fondue de chocolate" (me ponía las botas al entrar de los primeros).

La siguiente semana tocó recuperarme.

Una de las mayores locuras que he hecho. 

Sinceramente no sería cuestión de si podría o no podría volver a hacerlo. Ahora me siento poco motivado por lo que respecta al mundo de la noche. Pero me queda un muy buen sabor de boca.

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