En la dependencia emocional un concepto clave del que se tiene que hablar es del "APEGO".
El apego es la vinculación afectiva que uno mantiene de forma intensa, duradera, con carácter singular, que se desarrolla y consolida ente dos personas, por medio de la interacción mutua, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y el satisfacer de toda una serie de necesidades (protección, seguridad...).
El apego puede ser biológico, el que se mantiene con los hijos o familiares, o mental. En este último caso la dependencia psicológica es dañina y recomendablemente evitable. Ya que sino el apego puede llegar a desgastar y enfermar: el sujeto apegado hace un despliegue impresionante de recursos para retener su fuente de gratificación, y concentra toda la capacidad placentera en la persona "amada" a expensas de todo lo demás (activo-dependiente: hipervigilantes; pasivo-dependiente: obedientes).
El apego no está definido por el deseo, sino más bien por la incapacidad de renunciar a él. La idea no es reprimir las ganas naturales que surgen del amor, sino fortalecer la capacidad de soltarse cuando haya que hacerlo (relaciones insanas, dañinas...).
El desapego, no es ni indiferencia ni desamor, sino una manera sana de relacionarse (independencia, no posesividad y no adicción).
Para que haya apego debe haber algo que lo justifique: o evitamos el dolor o mantenemos la satisfacción.
A partir de las "necesidades" que la persona muestra en su ámbito relacional, es importante que las vincule con los tipos de "apegos afectivos" que existen. De esta manera se podrá trabajar de forma más precisa sus necesidades, miedos, creencias e incapacidades...
1.- La vulnerabilidad al daño y el apego a la seguridad/ protección.
2.- El miedo al abandono y el apego a la estabilidad/ confiabilidad.
3.- La baja autoestima y el apego a las manifestaciones de afecto.
4.- Los problemas de autoconcepto y el apego a la admiración.
5.- El apego "normal" al bienestar/ placer de toda buena relación.
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