Llegábamos 5 minutos tarde. El lugar de encuentro era el tradicional Café Zurich de Barcelona (en plaça Catalunya). Un casco oscuro de moto era su consigna para reconocerlo.
- ¿Eres José Carlos?
- Sí.
- ¿Y vosotros soys Anna y Oriol?
Nos saludamos y decidimos de ir a tomar unos refrescos en un bar de la zona. Bajamos por las Ramblas y nos adentramos en el carrer Tallers. De la gran oferta de bares de la zona, elegimos el Trallers.
Tomamos asiento y extraje de una carpeta la lista de preguntas y dudas.
Teníamos muchas consultas y cuestiones que formularle, así que nos lo tomamos con calma.
Todo fluyó muy bien. Empezamos por lo sencillo: explicar nuestro proyecto.
Qué es Refugi, qué hacíamos, quienes eramos, qué queríamos lograr y cual era nuestro mapa o ruta de actuación futura.
Nos explicó el funcionamiento de las Asociaciones, de como se organizan, su forma de tributar.
Después entramos a fondo con nuestros tres pilares principales, que eran los voluntarios, los usuarios y los socios.
La forma en la que nos respondía era de lo más clara e inteligible. Daba gusto poder obtener respuestas tan comprensibles.
Sin darnos cuenta nos vimos en una vorágine de preguntas y respuestas.
Lo cuestionamos todo, hasta poder saciar nuestra curiosidad. También nuestras manos iban ágiles anotando toda la información. No habíamos convertido literalmente en dos esponjas.
José Carlos también nos contó sobre su historia, su recorrido profesional y su elección de querer colaborar con nosotros.
Su perfil era el ideal. Alguien que mostraba un gran interés por nuestro proyecto y por la necesidad social que cubríamos.
Pasaron las horas volando y ya al despedirnos, la sensación era de gran confort, satisfacción y compenetrabilidad.
Había sido una reunión de lo más provechosa.
El contacto con José Carlos se asentó y los engranajes para la constitución de la Asociación se pusieron en marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario