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jueves, 26 de diciembre de 2013

Nápoles III

En el tercer día me uní a la excursión en caballo por el Vesubio. Con mis compañeros/ as de hostal nos llevaron a un pueblo cercano al monte donde se hayaban los establos.


De allí salimos a trote hacia el bosque. La experiencia fue alucinante. Nos adentramos en la densa vegetación, cruzando riachuelos y caminos sólo transitables con mulas. Al principio daba impresión ya que el caballo iba por senderos de lo más inclinados y estrechos. Toda una aventura de película.



Las vistas desde arriba eran alucinantes (poder notar toda la costa a tus pies). No subimos a la cima ya que era peligroso, pero llegamos casi a la mitad de la montaña. El aire y el aroma que se respiraba eran de gran pureza y te llenaban de gran energía (existe un fuerte magnetismo en toda la zona).


Por la tarde, con ganas de más aventuras, me introduje en el barrio de S. Ferdinando (Cuartel Español), un barrio que solía ser peligroso donde puedes descubrir la Nápoles más tradicional. Allí se pueden contemplar pequeñas capillas con vírgenes y santos iluminados con luces de neón, la ropa colgando de los balcones y los jóvenes a toda velocidad con sus ciclomotores.


A la noche, en el hostal nos esperaba la cena de Navidad. Pasta con setas y queso, y de postres pastel de zanahoria (un regalo del mismo hostal).

El día siguiente llovió intensamente, y decidí ir a ver museos:  el Museo Nazionale (con todo el arte romano de las ruinas de la zona) y el Palazzo di Capodimonte (con las pinturas de artistas de la talla de Caravaggio, Tiziano o Buenarroti, entre otros).


Mi último día lo dediqué a recorrer la costa Amalfitana. Primero llegué a Sorrento con tren y de allí tomé un autobús que recorría toda la zona (unas vistas de una enorme belleza, totalmete recomendable si dispones de tiempo).




En Amalfi me perdí por sus calles de pequeños puestos de venta de productos tradicionales y accedí a su catedral (de gran historia y valor cultural).


Ya de regresó me contagié de la fuerza de las olas en las playas de Positano. Pudiendo pasear con el bravo viento salado impactando en mi cara.




Al regresar sufrí un poco ya que me volvió a llover y tuve ciertos retrasos en el transporte público. Pero al fin llegué a tiempo para coger mi vuelo de retorno a casa.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Nápoles II

Al día siguiente madrugé para poder presenciar Pompeia. Al llegar de lo más temprano pude experimentar el estar en una ciudad congelada en el tiempo completamente sólo. Un sobrecogedor sentimiento de viajar en el tiempo y poder escuchar aún las escenas de hace 2000 años.



Luego al llegar los primeros grupos de visitantes me uní a una guía que hablaba castellano y pude aprender todos los detalles/ historias que las ruinas albergaban. Por ejemplo como funcionaban los negocios, el lupanare o sobre la política de la ciudad.




Por la tarde me dirigí a Herculano, muy cerca de allí, para poder recorrer sus ruinas.



Herculano a diferencia de Pompeia quedó totalmente  soterrada por la lava (40 metros bajo tierra). En ella se pueden contemplar casas totalmente intactas (con sus pinturas, mosaicos e incluso puertas de madera).


Por la tarde visité el Castel Dell'Ovo y pude pasear por el largo paseo de la Villa Comunale, descubriendo el barrio típico de copeo de los napolitanos y las tiendas de lujo con marcas como Gucci o Prada.

martes, 24 de diciembre de 2013

Nápoles I

Cuando me propongo la hazaña de viajar como mochilero con mi única presencia, siempre acabo viviendo un gran número de aventuras.


En esta ocasión, estas se hayan ambientadas en Nápoles y ocurrieron en fechas navideñas. No porque odie la Navidad ni mucho menos, sino porque son las fechas idóneas para mi para viajar.


A mi llegada a la ciudad lo que más me llamó la atención fue el clima temperado que habitaba en la zona. Una ciudad que me recordaba a un gigantesco barrio del Raval en Barcelona (o según palabras de mi padre, a una ciudad que parecía vivir como en la España de los años 60-70).

Con un tráfico de lo más descontrolado, pude al fin llegar a mi hostal (muy cerca del puerto). Al pedir mi habitación, dejé mi maleta, cogí mi mochila pequeña y salí a la aventura.


Llegué a la Piazza Plebiscito y allí pude contemplar el magnífico Teatro St.Carlo y el Palazzo Reale.
Luego seguí hacia la calle de Toledo y cogí el Funicular, dirección al Catillo de Sant Elmo. Las vistas eran preciosas y pude gozar de la panorámica de toda la ciudad con el rosado de la puesta de sol (se ponía el sol a partir de las 4-5 de la tarde).


Al anochecer me dirigí a la parte norte de la ciudad, para poder ver la belleza de las iglesias: Gesú Nuovo, Santa Chiara, S. Domenico Maggiore, Cappella San Severo, S. Paolo Maggiore, S. Lorenzo Maggiore. Y también para poder pasear por la calle de S. Gregorio Armeno (llena de tiendas de artesanos que se dedican a fabricar y vender figuritas de Pesebre Napolitano). Es fantástico meterse en el bullicio con los transeúntes y los vendedores.


Para cenar fui a la mejor Pizzería de la ciudad (la de Gino Sorbillo) donde probé una de sus mejores pizzas: Formaggi (con Mozarella y otros quesos típicos de la zona).


Con la barriga llena me volví al hostal, listo para proseguir al día siguiente.

lunes, 8 de julio de 2013

San Fermines 2013 III

Y ya el domingo, mi último día, madrugué levantándome a las 4 de la mañana. Había gente que trasnochaba para poder coger un sitio privilegiado en las barreras.


Pero en nuestro caso, yo y Jeimi durmimos unas 3 horas, y decidimos entonces ir a coger sitio. Al llegar ya estaba lleno, aún así logramos poder hacernos con un pequeño espacio en la calle de los Mercaderes.


Fueron unas 3 horas de espera y de intensas presiones, ya que la gente quería coger sitio a toda costa. Al final pude ver el Encierro en primera linea. Todo un espectáculo poder verlos de tan cerca.


Da mucha impresión el observar como estas bestias de 500 kilogramos cruzan las calles a toda velocidad y los corredores a su alrededor.


Después de ver los toros nos fuimos a comer churros en la Mañueta, la mejor churrería de Pamplona. Este local tiene más de 140 años y sólo abre dos veces al año. Los hornos son de leña y el sabor de los churros es único e inmejorable. Pero para poder degustarlos aún mejor, nos los tomamos con una buena taza de chocolate caliente en un bar de al lado del mercado.


Hacia el mediodía salieron los gigantes y los cabezudos. El reccorrido se inició en la plaza mayor y terminó en la catedral. Los cabezudos llevan como una especie de mazos hechos de espuma con los que van golpeando a la gente.


De la catedral salió la procesión con los representantes de las distintas hermandades. También había un gran número de bandas musicales.


Lo último en aparecer en escena fue la procesión de San Fermín. Pasearon a cuestas la talla del santo mientras hacían ofrendas, pregarias y misa en la calle.


Ya a partir de la tarde me fui hacia la plaza de autobuses, después de despedirme de Natalia, Víctor y Jeimi.

Con unas seis horas y media de trayecto en autobús, de Pamplona a Barcelona, me quedé con el recuerdo de haber vivido uno de los fines de semana más intensos de toda mi vida.

domingo, 7 de julio de 2013

San Fermines 2013 II

Después de haber salido de fiesta, los dos madrugamos para poder llegar a las 8 a la plaza del Ayuntamiento. Desayunamos por el centro en una cafetería y a los pocos minutos conocimos a un grupo de extremeños quienes nos invitaron a beber con ellos.


Pasó una hora y la plaza empezaba a llenarse para la celebración del Txupinazo a las 12. Poco tardó la gente en iniciar una guerra de lanzarse por encima el vino, la sangría y el calimocho. Sin esperarlo me empecé a ver más lila que blanco. Y a la media hora ya estabamos totalmente empapado.


La fiesta se empezó a desmadrar y las botellas de vino empezaron a volar por los aires, las chicas se subían encima de los chicos y algunos enseñaban las tetas animadas por los cánticos. Desde los balcones también recibimos palanganas de agua y vino.


Entre las diez y las once fue lo peor. La plaza llenó su máximo aforo y aún así había gente empujando para entrar. Las pelotas de plástico gigantes surcaron la gran marea humana que se había formado. 


La presión empezó a aumentar, y me vi envuelto entre dos corrientes, una que quería entrar y otra que quería salir. De repente estalló una pelea, y algunas personas cayeron en el suelo. Sentí un poco de miedo ya que debía de hacer muchísima fuerza para mantenerme erguido.

Me sentí con falta de aire, y con un gran mareo. Las piernas me empezaron a temblar y una sensación de pánico anidó en mi interior. Traté de relajarme y de pensar que sólo eran síntomas pasajeros. Aunque el miedo cada vez iba a más. Entonces con todas mis fuerzas decidí tratar de escapar de esa ratonera. Lo pasé realmente mal, hasta que por fin después de batallar un buen rato logré salir a una calle principal. Tomé aire, me relajé y entonces me di cuenta de que Jeimi no seguía conmigo.


Di la vuelta a la plaza y accedí de nuevo por una calle que quedaba más cercana al ayuntamiento. Allí es donde vi que habían colgado una gigantesca Ikurriña. Y por lo visto el gobierno no cedió y no se inició el pregón hasta que la bandera fue descolgada (retraso de 20 minutos). La gente se hallaba a la espera cantando y con los pañuelos rojos en el aire.


Pero la tensión no terminó aquí. Después del txupinazo, un petardo cayó en el público y su estallido se efectuó a tan sólo 2 metros de donde me encontraba yo. De nuevo la suerte me sonrió.

Luego salió la banda municipal y me fui a comer un bocadillo de chorizo y pimientos, y a beber con los compañeros del piso. Sorprendentemente me encontré a Jeimi, pero el pobre había perdido los zapatos y el móvil.

A lo largo de la tarde recorrimos los bares del casco antiguo y ya por la noche pude contemplar los espectaculares fuegos artificiales de la Ciudadela. 


Tampoco me quedé sin probar los bocadillos de chistorra y las tapas a la hora de cenar. Los conciertos de la noche fueron de lo mejor de la programación.

sábado, 6 de julio de 2013

San Fermines 2013 I

Acabo de regresar de Pamplona tras celebrar los San Fermines. El sueño y el cansancio son presentes pero también la notoria sensación de haber vivido una experiencia totalmente única e irrepetible.


El año pasado tuve la intención de ir a San Fermines pero por obligaciones y por la falta de un acompañante de aventuras acabé desistiendo. En esta segunda ocasión las circunstancias pintaban bastante parecidas, así que me arriesgué y seguí adelante con mi plan.


El miércoles me hice con los últimos asientos de ida y de vuelta en autobús de Barcelona a Pamplona, y con mi mochila y muchas ganas de diversión, me planté el viernes por la mañana en la Estación del Nord de Barcelona.


Un sentimiento de adrenalina imbuía mi cuerpo. No sabía donde iba a dormir, con quien iba a salir de fiesta ni donde me iba a asear, pero esto fue un aliciente para magnificar la vivencia.


En el autobús conocí a un chico de Navarra quien me facilitó algunas pinceladas sobre la ciudad y sus fiestas. Pero el golpe de suerte surgió cuando una chica de la web de couchsurfing aceptó mi petición de hospedaje.

¡BINGO!

A sólo dos horas de llegar a Pamplona, había logrado que alguien me fuera a recoger a la parada de autobuses y que encima me iba a dejar dormir en su piso. Un piso que se encontraba a tan sólo unos 10-15 minutos del centro.


Empezaba un fin de semana con una magnífica racha de buena suerte.

Al llegar me presenté a Natalia y a su compañero de piso Víctor. Los dos estudiaban un Máster sobre Intervención Social en la ciudad.


La tarde la pasé con Víctor quien me enseño los lugares más emblemáticos de la ciudad, como por ejemplo: la Ciudadela, el casco antiguo, el Bar Iruña (donde se tomaba los cafés y las copas Ernest Hemingway), el ayuntamiento, la catedral, la calle de la Estafeta, la plaza de toros, el paseo de Ronda...


Por la noche llegó Jeimi, otro huésped de Natalia. Este chico era de Lancaster y con él ya salí de fiesta la primera noche 

El ambiente del casco antiguo era de pleno bullicio. Se respiraban muchas ganas de celebración.

Ya empezaba a haber mucha gente, aunque se palpaba en el ambiente que el día importante iba a ser mañana con el inicio de las fiestas.

jueves, 4 de abril de 2013

Gangas de vuelos

Una de mis grandes pasiones es viajar. 

En anteriores artículos ya comenté que viajar no es tanto una cuestión económica, sino que guarda más bien relación con el tiempo.

Por ejemplo puedes pagar 1600 euros para ir des de España a Chile, o pagar 150 o 200 euros enrolándote en un barco carguero, y tardar de 1 a 2 meses en cruzar el Océano Atlántico.


Aún así, no negaré que siempre estoy atento a toda clase de gangas, como por ejemplo las que nos ofrece esta página:



Esta web va colgando, a medida que van apareciendo las mejores ofertas que existen en el mercado.

Hay una gran variedad de destinaciones, aunque tendrás que correr. En menos de una hora se agotan.

Van colgando vuelos con descuentos muy elevados, y a todas partes del mundo.

La idea es no tener ningún destino en mente, y si te gusta la oferta, lanzarte a la aventura.

¡Ten preparada tu maleta, por si acaso!



martes, 19 de febrero de 2013

5 Reglas para viajar solo

Cuando hice el Camino de Santiago hará ya unos años, en el tramo final descubrí en un pequeño pueblo un albergue con un encanto especial.

El albergue era propiedad de un hombre, el cual me contaba que había sido el primer español en montar un negocio de deportes de aventura.

Toda la sala estaba llena de reliquias de sus viajes por el Amazonas, el Himalaya, el desierto del Sáhara...


Un hombre que había llenado de aventuras todos sus años de existencia.

Yo le expliqué que había empezado con los viajes en solitario (de mochilero), y le pedí consejo.

Me explico que el riesgo siempre existe cuando viajas y más si lo haces sólo, pero que hay 5 elementos que tienes que tener siempre en cuenta para tu seguridad.

- ¿Dónde vas?

Esta pregunta hace referencia en primer lugar al país o región a la que vas a viajar. Tienes que ser consciente de la situación del país/ lugar, de su clima, de su gente... Hoy en día muchos países que parecían seguros ya no lo son, y también otros que ya no lo eran, su estabilidad ha mejorado. Ten presente la situación social, política y económica de la zona.

- ¿Con quién vas?

Aunque viajes sólo durante el camino conocerás a gente de todas partes. Es muy importante que valores si las personas con las que viajas o con las que convives son realmente seguras. Es fundamental apreciar que no sean un gancho, ni que dispongan de segundas intenciones.

- ¿En que momento/ horario vas?

No es lo mismo irse a Tailandia en la época del monzón que unos meses antes para no sufrir sus lluvias torrenciales. Al igual que tampoco es lo mismo pasearse por la Ciudad de los Muertos del Cairo por el dia que por la noche. Estas recomendaciones son básicas, aunque no siempre las tenemos presentes.

- ¿Qué comes? 

Yo añadiría también, el qué bebes, ya que las posibilidades de coger infecciones o virus vienen principalmente por lo que ingieres. Es recomendable comer en sitios que tengan un mínimo de estándares de higiene e intentar de beber agua embotellada.

- ¿Dónde duermes?

Esta última pregunta suele ser complicada a veces para los mochileros. Pero es fundamental saber que donde vas a dormir sea un lugar seguro, en el que almenos no te vas a levantar sin la cartera o sin las botas. Para ello es recomendable mirar que el albergue o el hoster que te aloja tenga un mínimo de referencias (hoy en día existen miles de webs y blogs de viajeros que ya han hecho las mismas rutas que tu).

Obviamente no podemos responder 100% seguros a todas ellas, pero el hecho de repasar estás cuestiones hará que podamos estar más alertas y valorar de una forma más precisa nuestra situación.

Él me decía que el instinto es el mejor detector que llevas de serie, y este se debe entrenar.